tus lunas trasnochadas
cuelgan a la entrada de tu casa.
Van trenzadas con hilos plateados,
se golpean entre si,
sin dañarse y hacen sonidos mágicos.
Cuentan que su delicado sonido
espanta las malas vibras,
y a esos seres borrados
que se meten por las ranuras
y que cobijados por las sombras,
se roban los sueños y los vuelven pesadillas.
Cuentan que en cada roce de sus lineas,
producen una sensación de paz
que va creciendo conforme avanza la noche.